Pedofilia vs Pederastia, dos aristas de un delito contra las niñas


Aclarar la conceptualización de estos términos se hace necesario para entender una de las violencias contra las Mujeres, cuando son Niñas, como es el Abuso Sexual Infantil (ASI) que se ha visibilizado en los últimos tiempos a fuerza de promover los Derechos de la Infancia, los Derechos Humanos Sexuales y Reproductivos y presionar para hablar de estos delitos de violación de derechos humanos en la Infancia.

Iniciaremos entendiendo que la Pedofilia es una parafilia, o sea un trastorno sexual-mental y NO es una Orientación Sexual, ya que no existe la orientación sexual hacia niñas o niños. Hay una gran diferencia entre una orientación sexual y una parafilia, en este caso la Pedofilia.

La Orientación Sexual es un componente de la personalidad sexuada y alude a la atracción erótico-afectiva que una persona siente por otra persona, de uno u otro sexo o de ambos, atracción que es manejada mediante el acuerdo de las partes involucradas libremente, sin violencia ni coacción. En este sentido vale aclarar que solo existen dos sexos humanos: machos y hembras, que devienen en hombres y mujeres, en un proceso de construcción psicosocial-sexuado. Existen por lo tanto solo tres Orientaciones sexuales, la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad. Este proceso biopsicosexual de la orientación sexual se inicia durante la concepción, al iniciarse la constitución del sexo del feto y pasa por el desarrollo integral de la persona, para terminar con la muerte. Es un proceso histórico dialéctico, desde el punto de vista de la persona, su historia individual y desde una época y un momento histórico colectivo, que le da el marco y contexto a ese desarrollo, la historia colectiva.

La Pedofilia, por el contrario, como trastorno sexual se refiere a la excitación o el placer sexual que obtiene una persona adulta o adolescente, mayor de edad, al llevar a cabo actividades o al tener fantasías sexuales con niñas/os menores, generalmente de entre 6 y 11 años (infancia y pre-adolescencia especialmente). Esa atracción hacia niñas, niños y adolescentes (NNA) se experimenta en la persona con Pedofilia, aún cuando sabe que NNA no tienen la capacidad de comprender o corresponder ante sus deseos sexuales, por lo que implica abuso sostenido y violencias. De allí que esta práctica sexual genera en NNA confusión, miedo, sufrimiento emocional, acercamiento negativo a la sexualidad y secuelas traumáticas a futuro por el daño físico, psicológico y sexual que se les infringe. La Pedofilia conlleva, para la persona que la presenta, aspectos mentales, físicos, sociales, éticos, morales, institucionales, legales, de actitud, de acciones, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsiones propias, de abusos, de manejo de los límites, de valores de género y otros aspectos. Hay dos tipos de pedofilia: una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto y otra secundaria que aparentemente se activa por factores circunstanciales.

Ahora bien, es necesario diferenciar entre la pedofilia que como ya dijimos, es una parafilia, o sea un trastorno mental de carácter sexual caracterizado por fantasías sexuales recurrentes y presuntamente inevitables con NNA, (el DSM-V, la clasifica como trastorno psiquiátrico), considerada como una condición de salud mental mientras no exista acercamiento con abuso físico, psicológico y sexual contra una niña/o y/o adolescente. Ya que al cruzar esta barrera, y existir este hecho en la práctica, al consumar esta conducta contra una niña/o u preadolescente estamos hablando de Delito Sexual.

Este delito se define como la Pederastía, la que refiere una práctica sexual que implica conductas y/o acciones que además de incluir la propia Pedofilia como trastorno mental-sexual subyacente, incluye la intensión de parte de la persona pederasta de ejecutar una práctica delictiva que tiene consecuencias y que provoca daño en las víctimas, con graves repercusiones en el desarrollo psicológico, social y sexual de las niñas, niños y adolescentes que son objeto de estas violencias sexuales.

La Pederastia es siempre una forma de violencia sexual contra la infancia y contra las Mujeres,siendo las Niñas las más afectadas y perjudicadas, con estas prácticas delictivas, al ser objeto de preferencia entre los Abusadores Sexuales, Pederastas o Delincuentes Sexuales.

Es muy importante aclarar que podríamos decir que todos los Pederastas son Pedófilos, pero NO todos los Pedófilos llegan a ser Pederastas. Muy importante agregar que, no todos quienes practican el Abuso Sexual Infantil, tienen el trastorno, muchos de estos depredadores sexuales que se encuentran en el entorno inmediato de sus víctimas, son hombres comunes y corrientes: padres, hermanos, abuelos, tíos, padrinos, con un grado muy alto de machismo y desprecio hacia las mujeres en toda su línea de vida: niñas, adolescentes, adultas y ancianas.

En nuestra cultura heteronormativa y machista, existen elementos que sirven de base a estos delitos sexuales contra la infancia, en especial contra las Niñas. Es muy importante tomar medidas preventivas, en la familia, escuela y medios de comunicación, para proteger a las Niñas, Niños y Adolescentes de estos depredadores sexuales y de estos delitos.

Hisvet Fernandez

Psicóloga Social

Presidenta de CECAVID

Noviembre 2022